En estos días en que pareciera que la pandemia va a la baja -lo que sabemos es incierto y dinámico- con menos restricciones, más actividades presenciales, sin toque de queda, me pregunto, ¿Qué pasaría se la pandemia efectivamente termina? ¿Qué ocurrirá en mí? …espero que el mundo sane de esta pandemia pronto, sin embargo, si la pandemia ya no existiera, creo que pensar que seremos quienes éramos antes, que vamos a comenzar a hacer y ser “como antes” es una ilusión y siento que también es un error, ya que creo que somos seres nuevos, hemos cambiado.
En mi caso, si miro hacia atrás, al principio no fui consciente de los cambios que esta pandemia generó en mi vida, sino sólo vivía el día a día viendo cómo las cosas perdían estructura, la rutina, mis pensamientos, emociones, el trabajo, la familia, los momentos de soledad, la sensación de incertidumbre, el asombro frente a lo nuevo, el entusiasmo y el miedo…todo entró a la juguera y sin quererlo, sin saber cómo ni cuando ocurren nuevas conexiones, nuevas maneras de interactuar, nuevos hábitos, nuevos descubrimientos de lo que me gusta y lo que me incomoda y sé que no soy la misma de antes.
Esto trae la posibilidad de replantearme muchas cosas, si te hace sentido te invito a responder:
¿Cuál fue el aprendizaje que ha traído la pandemia a mi vida?
¿Qué me ha mostrado sobre la vida, relaciones, mis rutinas y hábitos?
¿Qué he podido percibir sobre mis emociones?
¿Qué aparece hoy cómo importante para mí?
¿Qué quiero incorporar en mi día a día?
También trae el desafío de hacerme cargo de lo que no he mirado, de darle valor a la incomodidad que siento frente a algunas cosas, a entrar en esa incomodidad que requiere ser atendida y me nace responder a:
¿Qué requiero sanar?
¿Qué dolores necesito atender?
¿Qué necesito perdonar, soltar, liberar?
¿En qué espacios veo que estoy fluyendo y dónde percibo estancamiento?
¿Qué emociones son recurrentes?
¿Qué patrones reconozco y quiero mover?
Hasta acá con la pandemia he aprendido desde la experiencia -antes lo entendía sólo a nivel intelectual- que si hay algo seguro es que todo es incierto, no sé qué viene ahora, no sé muchas cosas, cuanto voy a vivir, cuántas personas saldrán de mi vida, quiénes llegarán, cómo será en el futuro mi trabajo, etc., pero sí sé que es urgente entrar en mí, conocerme cada vez más, saber lo que me importa de verdad y construir día a día espacio para que eso que me atrae, conecta, hace feliz y alimenta tenga presencia en mi vida.